 |
Mari Carmen Díez Navarro |
"- Para mí es sobreestimular comprarles juguetes, dulces o comida continuamente.
- Llevarlos a un lugar de ocio detrás de otro, sin apenas pausas para asimilar y disfrutar las cosas vistas.
- Saciar sus más mínimos deseos, demandas, necesidades y
caprichos, sin ofrecerles ocasiones para que se autoabastezcan, se
aburran, se frustren o esperen.
- Es sobreestimular tratarlos como si fueran adultos,
permitiéndoles seguir sus propios criterios y opinar o decidir en cosas
que aún no les corresponden.
- Es sobreestimular exigirles de más, presionarlos con las
notas, los premios y los castigos. Llevarlos al aprendizaje a base de
motivaciones exageradas, llamativas o ultrarrápidas.
- Querer que dominen el currículo en el primer trimestre escolar para poder avanzar cosas del siguiente curso.
- Ponerlos a hacer deberes o hacerlos asistir a clases particulares todas las tardes.
- Hacerles aprender más de lo que les corresponde por edad y momento evolutivo.
- Adiestralos copiando o memorizando listas de nombres, de artistas, de países...
- Es sobreestimular no dejarles tiempo para jugar, para descansar, para elegir, para curiosear, para relacionarse.
- Es sobreestimular dejarlos a expensas de la televisión, como si fuera una amante y paciente nodriza."
En este comienzo de curso los primeros deberes van a ser una reflexión sobre estas ideas, siempre estamos a tiempo de cambiar...